LEY DE HONOR
La Ley de Honor rige nuestro estilo de vida como Exploradores.
No debemos tomarla como una obligación, sino como un estimulo y un camino de vida.
Está compuesta por 10 artículos que dicen:
1) El Explorador vive íntegramente su Fe, siendo testigo de Cristo y miembro activo de su Iglesia.
2) El Explorador quiere a su Patria, desea y busca la Paz, por eso trabaja por la Justicia.
3) El Explorador ama y obedece pronta y alegremente a sus padres y superiores. Se siente corresponsable con ellos.
4) El Explorador está Siempre listo para servir; colabora con toda iniciativa buena.
5) El Explorador es amigo y hermano de todos, porque en ellos ve a Cristo.
6) El Explorador es educado y limpio en sus pensamientos, palabras y acciones.
7) El Explorador es noble, generoso y alegre, aún en las dificultades.
8) El Explorador es leal, veraz y digno de confianza; no realiza nada a medias.
9) El Explorador admira, respeta y perfecciona la naturaleza por ser obra de Dios.
10) El Explorador es artífice de su vida y constructor de un mundo mejor en su comunidad.
LEY DE HONOR 1941
COMO BUEN CRISTIANO
1) El explorador practica la religión; cree en Dios y en Jesucristo, su único hijo, que vino al mundo para redimirlo, a quien adora y sirve de corazón; y obedece a la verdadera iglesia, católica, apostólica y romana. Detesta la impiedad y la superstición; combate sin ofender a nadie el error y la ignorancia, promoviendo como buen catequista con la palabra y el ejemplo, el estudio y la práctica de la religión entre sus compañeros.
2) El explorador aborrece la blasfemia, los juramentos falsos o no necesarios y las imprecaciones; es fiel y leal en cumplir sus deberes y promesas con Dios y con los hombres.
3) El explorador celebra las fiestas religiosas, asistiendo puntualmente y con devoción a la misa; con firmeza y carácter vence y desprecia la cobardía; y tiene respeto humano al profesar su fe y obrar el bien; y se honra en particular a las procesiones y demás funciones religiosas.
COMO BUEN CIUDADANO
4) El explorador ama, respeta y obedece a sus padres y superiores, reconociendo que toda autoridad es sagrada, porque vine de Dios y sin ella no hay familia ni patria ni sociedad. Es disciplinado y está siempre de buen humor; obedece alegremente y sin demora a todos los que tienen autoridad sobre él. Da buen ejemplo a los demás con la bondad de sus sentimientos y la rectitud de sus acciones.
5) El explorador no injuria, ni jamás levanta la mano contra nadie; no es vengativo, no guarda rencor; por esto, no tiene enemigos ni contrarios. Es generoso en perdonar y se muestra obsequioso con todos. Es amable y cortes, especialmente con los ancianos, los pobres y los enfermos. Cuida su salud siendo moderado en el comer y en el beber; no es goloso y combate el abuso de bebidas alcohólicas y excitantes. Se muestra bueno con los animales, no los atormenta ni les quita la vida sin motivo; protege siempre a los animales, plantas y flores.
6) El explorador es puro y modesto en todos sus actos, en el trato con sus compañeros, en sus palabras, en sus conversaciones, en el uso de todos sus sentidos. Combate el no respeto por sí mismo, los libros inmorales, las diversiones y exhibiciones licenciosas, y pone sobre aviso a sus compañeros para que no sea, víctimas de gente inmoral y escandalosa. Guarda la mayor delicadeza y urbanidad al tratar con niñas y señoras.
7) El explorador jamás causa prejuicio a nadie, ni en su persona ni en sus bienes ni en su honra. Lejos de tocar o retener lo ajeno, es siempre generoso en llevar su ayuda y socorro donde sea necesario. Trata de hacerse útil a la familia y a la Patria con el estudio y el trabajo. Mientras hace el bien a los demás no ambiciona alabanzas, ni busca premios o recompensas materiales por sus servicios espontáneos y desinteresados.
8) El explorador no miente jamás y cumple lo que debe y promete, aunque le cueste pérdidas o sacrificios. No forma juicios temerarios ni levanta falso testimonios; huye de la maledicencia, de la murmuración y de las habladurías; no muestra animadversión para nadie; no sabe criticar ni murmurar de los demás. No ofende ni recoge ofensas, y toma todas las cosas por su lado bueno.
9) El explorador conserva su pureza y dignidad aun en los pensamientos, deseos y afectos; y para esto sabe dominar con el auxilio de la Religión sus pasiones e inclinaciones; practica el recato en sus sentidos y la templanza cristiana, evitando la ociosidad y huyendo de las malas compañías.
10) El explorador huye de la codicia de vienen ajenos y de felicidades fantásticas; no envidia la suerte de nadie, ni hace distinción entre aquellos que son más o menos ricos, más o menos inteligentes o valientes. No prefiere a los que son de buena presencia o van mejor vestidos o tienen más finos modales. Solo trabajar para adquirir los hábitos buenos o las virtudes cristianas y civiles. Por la fuerza del carácter trata de ser constante y tenaz en sus buenos propósitos, sin abatirse nunca en las dificultades. No es ni temeroso ni temerario, pero si valiente, desenvuelto y decidido en sus resoluciones. En toda su vida se propone ser laborioso, previsor y ahorrativo, y así formar honestamente el bienestar moral y materiales propio y de su familia, siendo un elemento y un factor útil para la prosperidad de su Patria.